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A
lberto
S
antos
C
ancelas
El Hércules de Santa Tegra y el
middle-ground
de la religión castreña
PYRENAE,
núm.
46
vol.
1
(2015)
 ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 87-107)
estas poblaciones, que aun siendo castreñas definen lo castreño de una nueva manera
influenciada por o frente a Roma.
Es precisamente en esta interacción de elementos donde podemos comenzar a enten-
der el
middle-ground
que genera en la religión del noroeste la primera romanización.
Debemos tener en cuenta cómo en el Hierro Final está operativa, en Santa Tegra, y el
resto de la zona meridional, una
house society
(González Ruibal, 2012: 245-266) basada en
la concentración y redistribución de bienes de consumo y de prestigio, que instauraría una
sociedad no igualitaria dominada por una élite androcéntrica o jefatura (Parcero Oubiña y
Criado Boado, 2012). Esta élite será, con toda probabilidad, la principal consumidora de los
bienes de prestigio exóticos aportados por el comercio con Roma, como la vajilla
milleflori
,
así como la que se expresó a través de una plástica decorativa arquitectónica (
cf.
Carballo
Arceo, 1994: 99-111, 1996; Calo Lourido, 1994: 530-594) que singularizaba ciertas vivien-
das frente a otras en el seno de la comunidad (Santos Cancelas, 2013: 94; 2014: 20). De
este modo la élite se constituiría, en el contexto de la primera romanización, en un media-
dor privilegiado y colaborador con Roma. Esta función, a su vez, le facilitaría los medios
para ratificar su estatus; encontramos una prueba elocuente de ello en otros puntos de la
zona meridional castreña, donde ciertas representaciones de guerreros galaicolusitanos
20
se amortizan o atraviesan un proceso de reutilización mediante la inclusión de epígrafes
para expresar el nuevo estatus de estas élites locales como
principes
(Rodríguez Corral,
2012: 81-84).
21
Hallamos en estas élites uno de esos agentes que contribuyó a generar el
middle-ground
del que venimos hablando, ya que, tratando de medrar en un sistema social
indígena, utilizaron los resortes que ofrecía la colaboración con la potencia mediterránea,
como la escritura o el consumo y exhibición de una representación de Hércules, en sus
negociaciones de poder.
2.2.
Autorrepresentándose a través de un dios extranjero
La razón de ello es que estamos ante un objeto de culto. Ciertamente no podemos estar
seguros de que poseyera semejante valor para los habitantes de Santa Tegra, por la simple
ausencia de un contexto arqueológico fiable relacionado con un santuario.
22
Pero, aun
así, persiste el hecho de que estamos ante una representación divina en posible relación
con la croa o espacio sobresignificado del castro y, como antes mencioné, en un lugar que
disponía de un abundante historial de contactos comerciales con Roma como para supo-
20.
Santa Comba, San Paio de Meixedo, Rubias y San Julião (Rodríguez Corral, 2012: 81).
21.
Estatus que expresaron las élites de otras zonas del noroeste a través de la epigrafía (
cf.
García Quintela, 2007),
otro ejemplo que afianzaría la presente hipótesis.
22.
Los primeros investigadores de este no dejaron de proponer hipótesis sobre estas cuestiones. Para Calvo y
Sánchez (2001: 36) no se ubicaría en un santuario, sino en un
lararium
privado. López García (1927: 91) se inclina,
en cambio, por que sustituiría un culto local que a su vez fue luego cristianizado por la proximidad del supuesto
lugar de hallazgo a la ermita.