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A
lberto
S
antos
C
ancelas
El Hércules de Santa Tegra y el
middle-ground
de la religión castreña
PYRENAE,
núm.
46
vol.
1
(2015)
 ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 87-107)
(Roymans, 2009: 219-239; Derks, 2009: 239-283). A través de ellas podemos comprobar
cómo las relaciones que se establecieron con Roma no se resumen en la resistencia o
mera aceptación del nuevo estatus de dominados (Woolf, 2009: 215). Una serie de testi-
monios demuestra cómo la noción étnica se va reelaborando de cara a satisfacer nuevas
necesidades sociales y a reflejar su nuevo modo de
ser
/
estar
en el mundo (Derks, 2009:
265-269). Semejante proceso encontró en la religión un campo preferente de expresión
y negociación en el que se refleja la existencia de posturas (e intereses) dispares surgidas
en el
middle-ground
que imponía este nuevo contexto (Gehrke, 2000: 1-24, 2009: 85-100;
Roymans, 2009: 233-235). En definitiva, con el caso bátavo, como con el de otras áreas
de Hispania, estamos ante un ejemplo esclarecedor de cómo las interacciones entre pobla-
ciones locales y dominantes son extremadamente complejas, y en ellas existen individuos
o grupos con intereses contrapuestos sujetos a una fuerte negociación social (
cf.
Caballos
Rufino y Lefebvre, 2011; Cerro Linares
et al.
,
2012). Opino que un panorama semejante
se dio en el noroeste peninsular y que su correcta caracterización sería de gran utilidad
para comprender mejor la religión galaico-romana y sus precedentes prerromanos (Arias
Vilas, 1992: 24). Intentaré ilustrarlo a través del ejemplo de una representación divina de
evidente procedencia mediterránea, hallada en el
oppidum
de Santa Tegra.
2. El Hércules de Santa Tegra
Me refiero a una interesante escultura en bronce proveniente de una fase ya romanizada
de este castro costero: se trata de una supuesta representación de la divinidad grecolatina,
Hércules (fig.1). Es una figura de bronce de unos 18 cm de alto para la que Ignacio Calvo,
en su memoria de las exploraciones arqueológicas de los años 1914 a 1920, señala un
origen íbero copiado de modelos romanos (Calvo y Sánchez, 2001: 36). Esta hipótesis no
parece descabellada, teniendo en cuenta el hallazgo en Santa Tegra de numismas gadita-
nos y la importante tradición de culto a Hércules-Melkart en Gadir (Oria Segura, 1996:
19-45). Sin embargo, creo posible destacar que el modelo iconográfico probablemente sería
romano, tanto por el clasicismo de su iconografía, como por que la mayoría de ejemplos
de Hércules gaditano responden a una composición formal, propia de los
smithing gods
(
ibidem
).
La interpretación del bronce no está exenta de problemas. La imagen es un hallazgo
fortuito que se integró en una colección particular, por lo que se desconoce por completo
su contexto arqueológico primario.
13
Por otro lado, una vez donada al museo del castro,
fue objeto de un hurto en el año 1987 (Martínez Tamuxe, 2011: 121-122).
14
Pese a estos
13.
La de Ricardo Blanco Cicerón, quien en 1922 se la donó a la Sociedad Pro-Monte de Santa Tecla que la depositó
en el museo del castro.
14.
Tras el cual fue efectuada una copia por el escultor José Antúnez Pousa. Es posible llevar a cabo este análisis
por la existencia de abundante documentación fotográfica del original.