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A
lberto
S
antos
C
ancelas
El Hércules de Santa Tegra y el
middle-ground
de la religión castreña
90
PYRENAE,
núm.
46
vol.
1
(2015)
 ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 87-107)
(Derks y Roymans, eds., 2009; Caballos Rufino y Lefebvre, coords., 2011; Cerro Linares
et
al.
, coords., 2012). Por supuesto, en un trabajo de estas características no puedo ofrecer un
esquema de comprensión completo de la situación de este período, por lo que simplemente
pretendo realizar una propuesta de estudio y reflexión teórica sobre un ejemplo concreto,
para tratar de ilustrar la utilidad de los postulados teóricos de la identidad y la memoria
en este complejo marco de interacción.
1.2.
Interacción, negociación y redefinición
La romanización del noroeste, efectivamente, supone un proceso por el cual las poblacio-
nes locales sufren una profunda transformación de su cultura
10
y sus identidades,
11
por el
que acaban convertidos en «indígenas». Este proceso no puede ser resumido en dinámicas
de resistencia por su parte (Le Roux, 2009: 268) y dominación por parte de la potencia
mediterránea (Said, 1993; Arias Vilas, 1992: 23-26
12
). Existe una variedad enorme de
posturas, situaciones, iniciativas y representaciones diferentes ante un fenómeno de estas
características, que resultan en la creación de unas identidades nuevas que no equivalen
de manera exacta con lo indígena o lo foráneo (
ibidem
). En otras palabras, la multiplici-
dad de intereses confluyentes (de dominadores y de dominados) en un proceso de estas
características resulta en la construcción de unas nuevas autorrepresentaciones híbridas o
liminales, al responder a una situación social totalmente diferente a la conocida hasta el
momento. Esto genera un contexto que desde los estudios poscoloniales se conoce como
third space
(Rutherford, 1990: 207-221) y en la historiografía se define como
middle-ground
(Woolf, 2009: 207-219). Se trata de una nueva realidad, donde intereses y motivaciones
muy dispares generan una situación sin precedentes para las poblaciones locales, que ya
no pueden articular sus marcos de referencia ideal sin tener en cuenta al
otro
(
cf.
Curchin,
2004; Le Roux, 2006) que ha irrumpido en su sistema de concepciones, modificándolo por
completo y estableciendo unos espacios de interacción que van más allá de la resistencia
contracultural (Derks, 2009: 239-283).
El caso bátavo y las autorrepresentaciones que produjeron en el contexto de la
romanización de su territorio dan abundantes ejemplos de las afirmaciones anteriores
10.
La manifestación más evidente en este contexto es el abandono progresivo de los castros, un patrón de pobla-
miento que había sido absolutamente dominante desde la sedentarización definitiva del noroeste, en detrimento
de
vici
,
pagi
, y
villae
. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que estos cambios también presentan patrones de
continuidad: no en vano el paisaje del noroeste continúa siendo eminentemente rural y fragmentado hasta bien
entrado el siglo
xx
.
11.
Como indicamos en este trabajo, las señas y medios de construcción de identidades (individuales, de grupo y
étnicas) sufren un notable cambio con respecto a la realidad castreña, pero esto no supone una ruptura total con
su pasado. Mi objetivo es poner de manifiesto la complejidad y riqueza de este proceso, así como las interesantes
lecturas que de él se derivan.
12.
Aunque ya en los años noventa Arias Vilas señaló la existencia de diversas estrategias de integración del noroeste
con diferentes respuestas locales durante el proceso de romanización, este tipo de perspectivas ha permanecido
un tanto al margen del ámbito de la religión.