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SERP
Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques
PYRENAE,
Número Especial 50è Aniversari
(2015)
ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 9-90)
Pese a que el TED’A incidió también en cuestiones de gestión y de difusión, estos dos
temas seguían siendo uno de los retos pendientes, ya que las iniciativas que surgían se cen-
traban más en cuestiones de conservación y de restauración. En este proceso de reflexión
empiezan a articularse en 1988 las primeras propuestas de escuelas taller en el marco de la
colaboración entre la Dirección Provincial del INEM deBarcelona y el Área Metropolitana
de Barcelona, que incorporarán la gestión y la difusión del patrimonio cultural: la Escola
Taller del Patrimoni del Área Metropolitana de Barcelona, ETPCON (1990-1992), y la
Escola Taller de les Mines Prehistòriques de Gavà, ETMPG (1991-1993) (Borrell y Blasco,
2000; AA.VV., 1994, 1998 y 2009; Juan Tresserras, 1990a). En la articulación de estos dos
procesos fue clave el papel de Xavier Ballbé.
La ETPAMB, ubicada en el Centre Cultural Tecla Sala de L’Hospitalet de Llobregat,
impartió los módulos de documentación, gestión, difusión y diseño del patrimonio. Ejerció
la dirección Carmen Vanaclocha, y el Dr. Jordi Tresserras, miembro del SERP, tuvo la
responsabilidad de la formación y de los proyectos (Juan Tresserras, 1992).
La ETMPG se creó, según Borrell y Blasco (2000), «per incidir en un dels conjunts
arqueológics més singulars del país i afavorir l’avanç del coneixement científic i la definició
d’un programa de difusió per al jaciment». El proyecto incorporó módulos de formación
de auxiliares de excavación arqueológica y de difusión del patrimonio. En este proceso
participó activamente Alicia Estrada, miembro también del SERP, que nos dejó prematu-
ramente en 2008; fue una de las tres promotoras de la empresa cooperativa «3 Associats»,
que dio continuidad al proyecto con la apertura al público de las minas después de un año
de rodaje, guiando visitas al museo y al yacimiento como escuela taller. La empresa asu-
mió la concesión administrativa de los servicios de atención al público y fue ampliando su
oferta de servicios con la inclusión de trabajos arqueológicos, hasta la apertura del nuevo
edificio (Borrell y Blasco 2000; AA.VV., 2009).
Hay que hacer también una mención especial al caso de la Escuela Europea del
Patrimonio, EEP (1991-1994), financiada por el INEM a través del Fondo Social Europeo.
La EEP, impulsada por el CESPC, que se había constituido entonces en Fundación Centro
Europeo del Patrimonio (FCEP), funcionó en el Museu d’Història de Barcelona (actual
MUHBA) gracias al apoyo del Ayuntamiento de Barcelona. Lideraba su equipo directivo el
museólogo holandés Frans Schouten; participaron como docentes los miembros del SERP
doctores Josep Ballart y Jordi Tresserras (Miró, 2013). La EEP se inspiraba en modelos
como el Ironbridge Institute, en l’École du Patrimoine, en la Reindhart Academy, de la
que procedía su director, y en las teorías sobre la economía de los bienes culturales que
llegaban desde Italia (Miró
et al.
, 1992). La desaparición de la financiación del Fondo Social
Europeo, que había alimentado todas estas iniciativas, la crisis de la Barcelona postolímpica
y el impulso, por parte de las universidades, de programas de tercer ciclo sobre gestión del
patrimonio, terminaron con el sueño de una iniciativa innovadora, que fue desapareciendo
al mismo tiempo que su entidad promotora, la FCEP (Miró, 2013). Parte del equipo, lide-
rado por Manel Miró y Jordi Padró, fundó la empresa STOA, que es una de las veteranas
y consolidadas del sector.