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S
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C
ancelas
El Hércules de Santa Tegra y el
middle-ground
de la religión castreña
88
PYRENAE,
núm.
46
vol.
1
(2015)
 ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 87-107)
1. Introducción a una cuestión polémica
Gran parte de los datos de los que disponemos para el conocimiento de la realidad religiosa
prerromana del noroeste, paradójicamente, proceden del registro galaico-romano. Esta
situación proyecta no pocas incertidumbres derivadas de la naturaleza de las fuentes, no
siendo la menor la pregunta que plantean sobre si reflejan una realidad ideológica previa
al proceso romanizador o no. S. Alfayé, en un reciente trabajo, sintetiza los problemas
metodológicos derivados de la naturaleza de estas fuentes (Alfayé, 2013;
cf.
Alfayé, 2009,
2011
1
), así como las numerosas consecuencias que ello ha tenido a nivel teórico en los
análisis que han gestionado el material procedente de este período. Me refiero a aque-
llos que parten de supuestos como el de que estamos ante la pervivencia de una religión
perfectamente definida, o bien que existió un único panteón indígena que reflejaron las
fuentes de época romana (Olivares Pedreño, 2002).
2
Cuestiones que, entre otras, se han
dado por sentadas sin recibir un apartado crítico que pudiera ya no probarlas, si no, al
menos, apuntar su coherencia (García Fernández-Albalat, 1990).
3
1.1.
Religión estática versus religión(es) cambiante(s)
El presente trabajo pretende, precisamente, enfrentarse a la cuestión de cómo se tiende
a conceptualizar y entender las manifestaciones religiosas del período galaico-romano,
y hasta qué punto y de qué manera nos pueden informar sobre la religión indígena.
Normalmente, se suele aceptar que en este período existen dos realidades religiosas per-
fectamente delimitadas que se relacionan entre sí también de una manera predefinida: una
ideología indígena resistente a la influencia romana,
4
y una ideología romana que busca
imponerse a los cultos indígenas.
5
Este panorama emerge de numerosos estudios (
cf.
García
1.
Se trata de una síntesis de las conclusiones de sus trabajos previos que supusieron una profunda revisión de
ciertos postulados acríticos sobre la religiosidad prerromana.
2.
La tesis de este autor está enfocada a la reconstrucción de un supuesto panteón céltico prerromano peninsular.
Sin embargo, estas ideas ya estaban presentes en el trabajo de García Fernández-Albalat (
vid.
nota 3)
3.
Esta autora otorga a los teónimos reflejados por los epígrafes galaicorromanos la categoría de dioses célticos
a partir de criterios lingüísticos deficientes y, partiendo de esta categorización, acude a las fuentes medievales
irlandesas para realizar una reconstrucción de una supuesta religión céltica del noroeste.
4.
«Sin embargo, un aspecto que no suele ser tenido en cuenta: la información sobre los dioses hispanos, aunque
escueta, está muy poco alterada
desde todos los puntos de vista
; es, por decirlo así, de
gran pureza
, si nuestro fin
inmediato es extraer la estructura del panteón indígena» (Olivares Pedreño, 2002: 15). Las cursivas son mías para
enfatizar dos afirmaciones que me parecen, como poco, llamativas, ya que la investigación durante las últimas déca-
das precisamente lo que ha puesto de manifiesto es la tremenda variedad y multiplicidad de formas de las
religiones
peninsulares prerromanas, en las que no existen manifestaciones puras: las religiones son fenómenos dinámicos y
situacionales en proceso de constante cambio (
cf.
Alfayé, 2009, 2013; Assmann, 2011; Gehrke, 2000, 2009).
5.
«Este tipo de alteración no afectó del mismo modo a los pueblos indígenas de Hispania puesto que los dioses
que llegaron a partir de la conquista romana son fácilmente identificables y, por tanto, no impiden detectar la
composición del panteón autóctono…» (Olivares Pedreño, 2002: 15) El problema de estas concepciones estriba
en que, sea fácil o no identificar un dios romano, tanto estos como las divinidades locales se ven reflejadas en
un medio expresivo totalmente extraño a la cultura local como es la epigrafía, lo que, en contra de concepciones
sobre supuestas religiones prístinas, indica un profundo cambio.