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SERP
Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques
PYRENAE,
Número Especial 50è Aniversari
(2015)
ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 9-90)
En su morfología actual, el karst se abre al exterior a través de tres bocas, dos de
pequeñas dimensiones en la parte superior, y una tercera, la principal, en la zona inferior.
Las dos bocas superiores conectan con una plancha estalagmítica en forma de rampa, de
unos 6 m de longitud, que desemboca en una pequeña sala de unos 15 m
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. En esta zona
es donde se ha localizado la mayor parte del depósito arqueológico y donde hemos con-
centrado la excavación.
El yacimiento fue descubierto para la arqueología a partir del hallazgo fortuito de
unos restos humanos en 1997. A partir de ese momento hemos realizado 12 campañas de
excavación, ininterrumpidas desde 2009.
La excavación de la cueva, en extensión, ha permitido documentar un secuencia
estratigráfica formada por cuatro niveles en la sala principal; de manera independiente se
sitúa otro paquete, en la zona superior, por debajo de la plancha estalagmítica. No hemos
llegado, hasta al momento, a la base del relleno sedimentario, por lo que aún no conoce-
mos la serie estratigráfica antigua, correspondiente a las primeras ocupaciones de la cueva.
El grueso de las campañas de excavación hasta 2012 se ha centrado en el nivel I de
la cueva. Este nivel está conformado por diversos episodios funerarios del Neolítico final-
Calcolítico, que han generado un NMI de ocho individuos. La acumulación destaca por la
escasa documentación de conexiones anatómicas y una falta significativa de huesos largos
y de cráneos (Cebrià
et al.
, 2011). Esta desestructuración está, en parte, fundamentada en
el fuerte grado de alteración del depósito en época histórica. Acompañando a los enterra-
mientos se ha recuperado un pequeño conjunto de elementos que pueden pertenecer a
un ajuar funerario, que incluye seis puntas foliáceas de diversa morfología, dos puntas de
aletas y pedúnculo y diversos fragmentos de grandes láminas. Más significativa es la pre-
sencia de más de doscientas cuentas de collar de esteatita, que destacan por sus reducidas
dimensiones, de entre 3 y 4 mm de diámetro de media (fig. 18).
Fig. 18.
Cova de la Guineu: arriba, puntas
foliáceas recuperadas en el nivel sepulcral;
abajo, malacofauna marina perforada
del nivel III.