Página 55 - Pyrenae50a

Versión de HTML Básico

53
SERP
Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques
PYRENAE,
Número Especial 50è Aniversari
(2015)
 ISSN: 0079-8215 EISSN: 2339-9171 (p. 9-90)
ciones afectaron una gran superficie del yacimiento a partir del planteamiento de cuatro
catas, siguiendo el sistema Wheeler. La colección de materiales nunca fue publicada, pero
se depositó en el Museu Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú. Las excavaciones actuales
se iniciaron en 1989, a partir de un pequeño sondeo de localización y de comprobación
estratigráfica. A día de hoy se han realizado 22 campañas, de diferente intensidad.
Se trata de un yacimiento estratigráficamente complejo, debido tanto a la dificultad
de identificar diferencias sedimentarias durante la excavación como a la compleja geo-
metría de la sedimentación, complicada más, si cabe, por la existencia de los sondeos
antiguos. En cuanto a la macroestratigrafía, se han identificado dos niveles principales
(II y III) (Bergadà, 1997). La dificultad para obtener dataciones absolutas, debido a la
mala preservación del colágeno de los huesos y a la escasez de carbones, ha sido un gran
problema para llegar a la adscripción cronocultural de los episodios de ocupación del
yacimiento, hasta al momento.
El nivel II ha sido tradicionalmente atribuido al Epipaleolítico microlaminar a partir
de la relativa abundancia de elementos de dorso y de raspadores, junto a esquemas de
talla microlaminar, en un conjunto industrial poco diagnóstico desde el punto de vista
tecnológico (Fullola
et al.
, 1997). Acabamos de realizar una datación por TL de una cal-
cárea quemada recuperada de una pequeña estructura de combustión, con un resultado
de 13.800 ±900 BP.
En las últimas campañas las perspectivas sobre el nivel II han cambiado sensiblemente,
debido a la excavación de un sector del abrigo en el que no se había intervenido hasta al
momento, y que ha permitido la recuperación de un pequeño conjunto de industria ósea
y de malacofauna perforada. Estos elementos, que no habían sido documentados hasta
ahora en el resto de la superficie del nivel, están llevando las ocupaciones del nivel II hacia
el Magdaleniense superior mediterráneo, principalmente por la presencia de diversos frag-
mentos de azagaya sobre asta y de un fragmento de aguja en hueso, ya que la industria
lítica aparecida continúa siendo poco diagnóstica (fig. 17).
El nivel III también ha presentado problemas de adscripción cronocultural por la falta
de concordancia entre el conjunto tecnológico y las dataciones de C14. Se trata de un
paquete sedimentario de unos 60 cm de potencia, en el que no se ha podido documentar
hasta al momento la existencia de subniveles que permitan una mejor estructuración de
la excavación. Este nivel se ha identificado principalmente en la zona exterior del abrigo
y ha sufrido diversas afectaciones, fruto de las actividades agrícolas de época histórica, lo
que ha venido a complicar también la lectura estratigráfica.
Las dataciones realizadas durante los primeros años de excavación proporcionaron
unos resultados de
ca.
20.000-25.000 años cal BP. Estas dataciones han generado cierta
confusión en el panorama del Paleolítico superior peninsular, pues el yacimiento sigue
siendo una referencia del Gravetiense en la mayoría de los trabajos que abordan esta pro-
blemática (Cebrià y García, 2003).
La industria lítica recuperada hasta al momento en el nivel III muestra la existencia
de estrategias de explotación centrípetas de tipo discoide y Levallois. En la configuración