Catalina Mas Florit, La transformación del mundo rural en la isla de Mallorca durante la Antigüedad tardía (c. 300-902/903 d. C.)

Jaime Vizcaíno Sánchez
PYRENAE, vol. 52 núm. 2 (2021) (p. 228-232)
DOI: 10.1344/Pyrenae2021.vol52num2.16

Para los estudiosos de la Antigüedad tardía hispana, las Baleares han sido siempre un referente. Su privilegiada secuencia cultural, con una singular ocupación vándala y pro-longado dominio bizantino, explica parte de esa atracción. Ayuda más, si cabe, el hecho de que, fruto de esa trayectoria, Mallorca y Menorca posean un conjunto de basílicas cuya rica decoración musiva no cuenta con parangón en el marco hispano, donde, hasta el momento, estas evidencias resultan escasas y de una sobriedad alejada de su rica for-mulación iconográfica. Aunque algunos de estos edificios, como los de Sa Carrotja y Son Peretó, tratados en la monografía que nos ocupa, fueron excavados a principios del siglo XX, su conocimiento y, podríamos decir, «consagración» llegaría después, de la mano de Pere de Palol, quizá como uno de los padres de la arqueología cristiana hispana, responsa-ble último del calado entre los estudiosos del «fetiche» balear.